La increíble Inés

Mira hacia los lados y piensa que dirección va a tomar. Reflexiona primero, valora las opciones arriesgadas, o las que te hacen sentir bien, pero también están las que te dan una vida solucionada. Cuando un pájaro sale del nicho se le pasan miles de ideas por la cabeza y suelen o solemos ir a lo fácil. En este caso, Inés se inclinó por lo complejo y decidió irse a África. 

Durante su formación como psicóloga estuvo buscando orfanatos o ONG,s con el fin de poder colaborar, y apareció Malayaka House en Uganda a donde se fue como voluntaria. 

Fue acogida muy rápida y eso le ayudó a integrarse enseguida. 

Malayaka House es una organización humanitaria y de cooperación a nivel internacional, que trabaja para garantizar los derechos de los niños ugandeses y ofrecerles una vida mejor. Das la bienvenida a pequeños rescatados de situaciones extremas de abandono, enfermedad y/o muerte inminente asumiendo su cuidado médico.

Todo comenzó cuando Richard, un estadounidense que estaba pasando sus vacaciones en África, coincidió varias veces con una mujer embarazada que se puso de parto y él la acompaño al hospital. La madre del bebé intentó ahogarlo y huyó. Richard se hizo cargo de él, y fue el primer miembro de Malayaka House.  

Hoy en día hay niños de todas las edades, desde recién nacidos hasta la mayor que está en la universidad. Otros trabajan dedicándose a la repostería, o haciendo mochilas, bolsos carteras …. 

Los más pequeños ayudan en la casa y en el campo. 

Inés nos cuenta que ellos siempre están felices y se quieren como hermanos. Llevan allí desde pequeñitos. Hoy son una gran familia y para ella son como sus hijos.  

Todo lo que trabaja y lo que ahorra para poder ir le es recompensado. Son muy cariñosos y aprecian mucho lo que tienen aunque sea mucho menos de lo que podemos prescindir nosotros. 

Está claro que la bondad existe, y en ciertas personas es su estandarte, eso le ocurre a Inés, exalumna de nuestro colegio, que fue capaz de dejarlo todo para ir a ayudar a los que más lo necesitan. Ella misma reconoce que lleva una doble vida, está en África sin nada material y regresa aquí y lo tiene todo, pero tiene muy claro que cambiaría todos esos privilegios por levantarse cada día y poder ver la sonrisa de los sus niños

Alejandra Canosa( 4º de ESO)