Malayaka House, Uganda
El viernes día 8 tuvimos la suerte de contar con la presencia de una ex – alumna, Inés Garcia Rodrigo (profesora da Universidad Francisco de Vitoria), para tener una charla con los alumnos de 4º de ESO.
Inés les habló de su experiencia como voluntaria en Uganda, con la organinación Malayaka House, les contó como desde muy jovencita tenía muy claro que lo suyo era la cooperación, pero que después de mucho buscar, no era tan fácil, no llegaba con querer hacerlo, tenía que estar preparada y tener la financiación suficiente para poder hacerlo. Tuvo que superar trabas, convencer a sus padres…. Y finalmente, lo logró.
Ha estado varias veces como voluntaria Malayaka House y esta última vez, durante los últimos cinco meses de este curso, después de pedir una excedencia en su trabajo. Les habló de esfuerzos, de sacrificio, de superación, de constancia, de perseguir un sueño y dejarse guiar por el corazón, pero sobre todo de sonrisas y felicidad. De las sonrisas que ve, en cada uno de los niños que allí cuidan. De cómo han ido llegando al centro y de cómo han evolucionado, de su integración en el mundo, en su propia sociedad y en su propia cultura, con un futuro mucho más esperanzador del que el que tenían.
De que, lo que se trae de vuelta, cada vez que vuelve de nuevo a casa, es siempre mayor que lo que llevó y que supera con creces las dificultades pasadas.
Los profesores sabemos perfectamente cuando la hora de clase está a punto de terminar y nuestros alumnos se mueven inquietos intentando recoger sus cosas. Este viernes no fue así, preguntaban curiosos y escuchaban atentos. Cuando sonó el timbre, muchos siguieron en el aula, porque querían saber más.
En una sociedad de la comodidad y lo superfluo, de la búsqueda del éxito fácil, estos son los ejemplos que queremos que nuestros alumnos escuchen, personas que aportan lo que son y lo que tienen, en la construcción de un mundo mejor. Y a ellos les encantó porque vieron que es auténtico.
Gracias Inés, porque en tu semana de vacaciones en casa, hiciste un hueco para venir y charlar con nosotros. Nos sentimos orgullosos de una alumna así, aunque el mérito, no sea nuestro, si no, que está en su ADN.