“Coge mi mano, aprieta fuerte. Lucha cueste lo que cueste…”. Al ritmo de los acordes de nuestro himno, los “llama” y “fuego” de los Grupos Barat, así como sus profesores y animadores, disfrutamos de un nuevo encuentro donde pudimos compartir experiencias, juegos, bailes y, más de uno, ¡algún que otro secreto!
Bajo el lema “A eso sí me apunto”, alrededor de 150 alumnos de Besós, Fuerteventura, Pontevedra, Madrid, Sevilla y Granada se reunieron los días 10, 11 y 12 de abril en Miraflores de la Sierra (Madrid), concretamente en el albergue “El Colladito”, rodeado de un maravilloso ambiente natural y rural que sin duda propició que todas las actividades programadas resultaran excelentemente.
Muy curioso fue el comienzo del encuentro, cuando todos los colegios iban llegando y sus alumnos se reunían en pequeños “corrillos”, mirando y averiguando de dónde podría venir cada montoncito de chicos y chicas que allí había.
Al cabo de media hora, esa sensación mezcla de vergüenza y timidez había desaparecido, dando lugar a divertidas conversaciones donde comentaban el acento y las expresiones propias de cada grupo.
A todo ello ayudó la primera dinámica de presentaciones (de la mano de Torreblanca), en la que cada uno contaba con una pulsera de un color particular y que los hizo agruparse por nombres de diferentes culturas. Ese día finalizó con representaciones autóctonas: sevillanas, muiñeiras, cantes canarios, etc., presentados por los colegios de Madrid.
El siguiente día comenzó muy temprano, con una oración llegada desde Placeres, que nos instaba a aprovecharlo y a disfrutarlo al máximo. Dedicamos la mañana a deleitarnos del arte del “Cuentacuentos”. Pudimos conocer cuentos de tiempos muy lejanos y terminar haciendo nuestra propia versión de alguno más tradicional.
Por la tarde, el cuerpo nos pedía movimiento, así que Fuerteventura nos propuso una divertida Gymkana de juegos con carreras, obstáculos y demás actividades que hicieron de la tarde una carcajada continua.
Antes de que el sol se pusiera, hubo que calzarse las zapatillas para llegar al pueblo, un sitio dotado de un encanto particular. En su bonita iglesia nos acogieron y asistimos a una emocionante Eucaristía preparada por Aljarafe. Pelos de punta y brillo en las miradas de todos los asistentes se produjeron cuando las 150 voces se volvieron una entonando nuestro himno.
De vuelta al albergue, Besós dirigió la representación de bailes que desembocó en una improvisada y muy animada discoteca.
Granada fue la encargada de guiarnos en la despedida al día siguiente. Cada uno pudo montar un cofre para llevarse a casa lleno de tesoros: una frase, un dibujo, una palabra y muchos números de teléfono para no perder el contacto.
Paso a paso, con la colaboración de todos, se pudieron llevar a cabo estas jornadas, donde la presencia de Sta. Magdalena Sofía se pudo sentir en cada rincón, con cada palabra, sonrisa y gesto que los chicos y chicas se dedicaron.