El día 22 de abril los alumnos de 3º de E.S.O cogimos un autobús hasta Guimarães, Portugal.
Lo primero que hicimos al llegar fue visitar el Castro de Citania, uno de los castros más grandes de Portugal. Este tiene rasgos celtas, está protegido por tres murallas y se pueden ver los restos de dos antiguos balnearios y calles. Allí conocimos a la guía, que nos acompañaría durante toda la excursión. Ella nos hablaba despacio y claro en portugués, así que no hubo ningún problema para comprenderla.
A la una de la tarde paramos para comer en uno de los jardines de los alrededores y continuamos con la visita. Después, el autobús nos llevó hasta una aldea cercana, donde nos contaron la historia de su iglesia y nos enseñaron el interior. La siguiente parada fue el monte de Santa Catarina, el punto más alto de Guimarães. Para llegar hasta allí montamos por grupos en un teleférico. Desde arriba las vistas eran preciosas, se podía ver toda la región de Guimarães. Una vez allí y después de las explicaciones de la guía pudimos dar un paseo por la plaza.
Después de una jornada tan completa, llegamos por fin al albergue en el que nos alojaríamos. Estaba en el centro de Guimarães, cerca del casco antiguo. Cuando terminamos de acomodarnos y cenar, dimos una vuelta por el centro y nos sentamos en unos bancos a escuchar las campanas de la iglesia, que juntas entonaban una melodía. En esa zona, cuando se hace de noche, encienden unas lucecitas que bordean las ventanas y puertas de todas las casas. De vuelta en el albergue, jugamos al billar hasta la hora de irse a dormir.
Al día siguiente, desayunamos y fuimos a visitar una antigua fábrica de curtidos, donde antaño preparaban las pieles. Más tarde, nos dividimos en grupos y jugamos a un juego. Este consistía en responder a unas preguntas sobre la historia de Guimarães; para lo que tuvimos que hablar con los viandantes o entrar en tiendas. Así comprobamos que, en su mayoría, las personas de allí son muy agradables y no dudan a la hora de ayudarte. Esa misma mañana fuimos hasta el Palacio de los Duques Bragança, y visitamos el museo que había en el interior. El palacio tenía un enorme jardín y en él estaba el Castillo de los Bragança.
Después de comer, cogimos el autobús para volver a Pontevedra. En el trayecto de vuelta paramos en el lago de Bom Jesus, en Braga. Allí montamos en barca y descansamos bajo los árboles. También nos dejaron un tiempo para visitar la ciudad de Braga antes de volver a coger el autobús.
En esta excursión vimos lo bien conservado que está Portugal y las similitudes que tiene con Galicia. También nos sirvió como convivencia, tanto entre alumnos como entre profesores, y tuvimos la oportunidad de tener clase fuera del centro escolar. Todos disfrutamos de la salida y no dudaríamos en repetirla.
Texto: Noemí García Moreira (3º ESO B)