El primer día llegamos llenos de ilusión y expectativas al parque, donde nos esperaban los

 guardas. Nada más llegar y explicarnos brevemente el lugar, nos informan de que las maletas y nuestras toneladas de comida nos las llevarán en un coche; pero que nosotros tendremos que caminar 11 km para llegar al albergue. Tras varias paradas muy necesarias, llegamos. Era era un sitio muy agradable, con unas mesas de piedra donde descansábamos al volver de las rutas.

Después de instalarnos, los chicos en una habitación y las chicas en otra, hicimos una ruta con una guía muy divertida, que nos habló del Parque y nos enseñó un hormiguero gigantesco. Nuestros profesores nos distribuyeron en grupos de trabajo para que nos turnásemos para hacer, servir y limpiar el desayuno, la comida y la cena.

 

El segundo día, después de desayunar, hicimos una ruta de 22 km por el empeño de nuestros profesores (aunque al final solo hicimos 18 km), con otra guía: la ruta de la Ortiga. Aunque fue un poco dura, por el calor y porque la mitad del camino era cuesta arriba, lo pasamos muy bien todos juntos, pudiendo contemplar todo el Parque desde lo alto.